De Madrid al cielo, y a las estrellas

El Real Observatorio Astronómico se creó, según una propuesta del célebre ingeniero naval y humanista Jorge Juan Santacilia, para completar el programa ilustrado científico auspiciado por Carlos III; hoy permanece coronando uno de los puntos singulares entre el Retiro y el paseo del Prado, el Cerrillo de San Blas, como un hito destacado de la arquitectura neoclásica. Fue una de las obras modélicas del arquitecto Juan de Villanueva, iniciada en 1790.

El edificio debía estar casi concluido en 1808 cuando sufrió las consecuencias de la Guerra de la Independencia. Una vez restaurado después de 1813, aún experimentó pequeñas transformaciones avanzado el siglo XIX, cuando se añadieron sobre su cornisa una barandilla isabelina y cuatro pequeñas cúpulas en las esquinas del cuerpo central, según proyecto del arquitecto Narciso Pascual y Colomer.