Este jardín constituye la intervención inaugural con la que Felipe V quiso emular los jardines que había desarrollado su abuelo Luis XIV en Versalles; posee forma rectangular articulado sobre un eje longitudinal central y parterres laterales en broderie. Tras los destrozos causados por la Guerra de la Independencia entre 1808 y 1813, se acometió su restauración de la mano del jardinero francés Francisco Viet, quien niveló el conjunto con la construcción de un muro de fábrica de ladrillo en la cabecera semicircular, a la que se adosan una fuente central y dos laterales.

Desde su acceso por la Puerta de Felipe IV, una escalinata conduce al gran salón con un corredor central y parterres simétricos, en los que se disponen jarrones de estilo rococó, originales del trazado original. Cada uno de los centros de los dos parterres laterales está ocupado por un estanque de planta rectangular con exedras, en el que se dispone una pequeña fuente con alcachofa. El testero está ocupado por el ábside y las rampas: en el eje central se ubica la Fuente de los Tritones, que forma un conjunto con otras dos laterales llamadas Fuentes de los Delfines. El monumento central, que preside los jardines bajo la terraza-mirador, es un homenaje al Teatro y al dramaturgo Jacinto Benavente.