Desde 2010, sede del Ayuntamiento de Madrid

El 20 de agosto de 1904, un Real Decreto disponía la convocatoria de un concurso nacional para la ejecución de un nuevo centro que englobase el correo y las telecomunicaciones, así como la dirección general del ramo; el proyecto ganador fue el presentado por los entonces jóvenes arquitectos Antonio Palacios y José María Otamendi. Su propuesta se adaptada perfectamente a la irregularidad y gran extensión del solar, caracterizándose por la originalidad, monumentalidad y deseo de trascendencia, asumiendo el historicismo, los logros espaciales propiciados por la Revolución Industrial y el simbolismo de la arquitectura europea contemporánea. En el conjunto sobresale el cuerpo principal, abierto hacia la Plaza de la Cibeles y vertebrado por un eje axial que parte de la misma fuente, compuesto por el magnífico vestíbulo cruciforme.

Con el paso del tiempo, este gran Palacio de Correos, Telégrafos y Comunicaciones apenas ha sufrido transformaciones relevantes más allá de las necesarias obras de reparación y adaptación, la restauración de los efectos producidos en su fábrica por la Guerra Civil. Las más destacadas fueron la ampliación con dos pisos hacia la calle y pasaje de Montalbán, acometida desde 1934 por el propio Otamendi, las reformas realizadas entre 1980 y 1992 por Antonio de Sola y Navarro-Reverter como arquitecto jefe de Correos y Telégrafos, o la restauración de fachadas y torreones proyectada en 1996 por la arquitecta María Belén Isla proyectó la restauración de las fachadas y torreones.

La reciente transformación del edificio, como consecuencia de la decisión del entonces Alcalde de Madrid, José María Ruiz Gallardón, de trasladar la sede del Ayuntamiento de Madrid al Palacio de Correos, Telégrafos y Comunicaciones. En diciembre de 2005 se encomendó su rehabilitación y transformación al estudio Arquimática S.L., el cual debía de plasmar el proyecto ganador del concurso convocado a ese efecto, redactado por el equipo dirigido por el arquitecto Francisco Rodriguez Partearroyo, con la destacada colaboración de los también arquitectos David Márquez Latorre y Ángel y Francisco Martínez Díaz.

© Miguel Sánchez-Moñita