El garante de la ortodoxia de la economía española desde 1891

Ubicado en el chaflán del Paseo del Prado con la calle de Alcalá, en la misma plaza de Cibeles, este palacio es uno de los más representativos del carácter de Madrid, tanto por su situación preeminente como por su volumetría y su interés artístico. Se trata de un gran edificio, sucesivamente ampliado desde su construcción original en 1891, debido a los arquitectos Eduardo Adaro y Severiano Sáinz de la Lastra. En él destaca la concepción áulica, al utilizar un lenguaje neo-manierista, con reminiscencias de la biblioteca veneciana de San Marcos, en los que el uso acertado de los materiales constructivos se combina con la creación de amplios salones de operaciones, ricamente decorados por diversos artistas: el proyecto obtuvo en 1884 la Medalla de Oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes.

Desde el solar primitivo, emplazado en el citado chaflán del Paseo del Prado y calle de Alcalá, la sede del Banco de España ha ido creciendo paulatinamente, manteniendo siempre el lenguaje constructivo monumental acorde con la función representativa de la institución, hasta ocupar la totalidad de la manzana. El remate final se ha logrado mediante el proyecto del arquitecto Rafael Moneo, en la confluencia de las calles de Alcalá y Marqués de Cubas, el cual ha respetado escrupulosamente ese orden constructivo con la inclusión de acertados guiños cubistas en la decoración.