Los vestigios del Palacio del Buen Retiro

Erigido en 1637 bajo la dirección de Alonso Carbonell para albergar el salón de baile del Palacio del Buen Retiro de Madrid, este monumental espacio constituye, junto al Salón de Reinos inmediato, los únicos elementos conservados del conjunto palaciego del Buen Retiro. Su amplio espacio interior, dotado de doble altura y balconada superior para los espectadores, se cubre con una gran bóveda encamonada con lunetos decorada al fresco por el artista Luca Giordano en 1692, artífice de la alegoría del Toisón de Oro, que conmemora la creación de la orden por Felipe el Bueno de Borgoña.

El Casón fue parte integrante del Palacio del Buen Retiro hasta la lamentable ruina del conjunto áulico tras 1813. Mantenido milagrosamente en pie, su recuperación fue posible gracias a sucesivos proyectos de los arquitectos Mariano Carderera y Ricardo Velázquez Bosco; a éste último debemos la nueva fachada occidental del Casón.

Desde 1971, el Casón del Buen Retiro depende del Museo del Prado. Hoy alberga el Centro de Estudios del Museo, que cuenta con más de 60.000 volúmenes y 1.000 títulos de publicaciones periódicas. La antigua sala de baile es hoy Sala de Consulta y Lectura de este Centro, bajo el fastuoso fresco de Luca Giordano.