El emblema de la cultura en español para el mundo

El antiguo Banco Español del Río de la Plata eligió para la construcción de su sede matriz un magnífico solar en la confluencia de las calles de Alcalá y del Barquillo; para ello seleccionó a dos de los mejores arquitectos de la época, Palacios y Otamendi. La gran carga simbólica del edificio se subrayaba en el patio central de operaciones, que abarcaba la altura de todas las plantas, rematado internamente con una magnífica cúpula vidriera; en su entorno se abrían perimetralmente las distintas dependencias bancarias.

Las transformaciones acometidas en el decenio de 1940 para la ampliación del edificio, entonces sede del Banco Central, provocaron la desaparición de ese grandioso espacio central; la fachada de la nueva ampliación hacia el norte remedaba sin mimetizarlo el orden constructivo de Palacios y Otamendi. En fechas recientes y como consecuencia de la historia de las concentraciones bancarias de los últimos veinte años, el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid, con el fin de albergar algunas de las dependencias municipales. Hoy se ocupa por la sede central del Instituto Cervantes.